¿Quién quieres ser en este momento?
Quién o cómo quieres ser en este preciso momento
No hablo de apariencias con respecto a qué haces exactamente y qué tienes sino a cómo eres y cómo actúas. No importan las circunstancias en las que te encuentres, puedes elegir cómo te quieres sentir y la forma de responder. ¿A que no te lo crees?
Lo sé, cuesta mucho creer que uno, bajo su propia elección, pueda cambiar la percepción o la forma de abordar lo que te esté sucediendo en este preciso momento ya que, la mayoría de las veces, estamos más comiéndonos el coco sobre algún suceso el pasado o haciendo predilecciones para el futuro en lugar de encontrarnos presentes en autoobservación de lo que estamos sintiendo y cómo podemos responder a lo que nos sucede. La gran mayoría somos presa de nuestros procesos de pensamiento porque no estamos presentes y hemos sido absorbidos y, quizás, abducidos por nuestra mente con sus pensamientos cuya vibración energética se convierte en nuestra tortura. Hasta los positivos, si te pasas, podría ser agotador energéticamente hablando.
Digo abducidos porque la energía de los pensamientos casi cobran vida sobre nosotros como si tuvieran identidad propia, nos dominan y reaccionamos constantemente a ellos por lo que, en cierto modo, es una forma de secuestrar nuestra conciencia. Cogen poder sobre ésta y creemos que somos eso, todo lo que nos decimos y lo que nos dicen.
La salvación está en la propia observación y el conocimiento adecuado. Cómo funcionan esos procesos de pensamiento, esos paradigmas que hemos creído y reproducimos sin cuestionar casi nada. A groso modo, validamos aquello que otros también aceptaron como verdadero sin plantearse cosas diferentes, visto desde su propia forma con sus conflictos, miedos, juicios...
Con el ánimo de reflexionar sobre eso, me sale decir que nada de eso es crecer, es copiar. Muchas veces sucede que, cada vez que llega alguien cuestionando con gran diferenciación o un paradigma completamente diferente en algo que tenga relativa importancia, resulta atacado por quienes están totalmente identificados con sus propios y sociales paradigmas, tal que, no soportan la idea de perderlos porque sería como reconocer que se equivocaron y tendrían que cuestionarse quienes son realmente y qué están haciendo en verdad. Es cuando preferimos tener razón a reconocer que las cosas no tienen por qué ser siempre como creemos que son.
Copiar la verdad de otros no nos hace libres, nos hace clones y eso no es evolucionar como personas. Normalmente, siempre hay algún aspecto de la vida o visiones que se contrastan y se dan ideas diferentes pero suelen estar dentro del gran sistema con un paradigma aprendido y lo que se ha entendido como permitido, aquello para lo que se tiene permiso porque está aprobado (de alguna forma) por la sociedad que, a su vez, está atrapada en verdades antiguas (que no son tan verdades) y con antecedentes de gobiernos que buscan controlar en lugar de una verdadera libertad y evolución personal.
Pero..., si tienes la suerte de que, cuando te pasen cosas cansinas y desastrosas, te atrevas a cuestionarlas, entonces empiezas a hacer las buenas preguntas, esas que te llevan a verdades inesperadas, tales como: ¿En qué clase de mundo estoy?; ¿De dónde vengo?; ¿Quién o qué soy realmente?; ¿Para qué me está sucediendo...?; ¿Qué me está queriendo decir mi enfermedad?, etc.
Empezar por uno mismo es la cuestión. Es el para qué estoy viviendo tal o cual cosa, dejando de normalizar lo que no tiene nada de normal pero, claro, normalmente eso se aprende cuando ya te has equivocado y chocado muchas veces o caíste en un hoyo del que no sabías cómo salir obligándote a buscar de forma diferente para encontrar respuestas distintas.
Uno busca su verdad hasta que llega un momento en que la propia verdad le encuentra y le va abriendo el camino para seguir descubriendo y cambiando el paradigma que ha tenido hasta ahora que, además, le lleva a una amplitud impresionante de mentalidad y libertad de elección interna, después tendrá sus consecuencias externas según el papel que cada cual tenga y las acciones a desempeñar.