La amabilidad y la gracia divina

25.10.2023

La amabilidad y la gracia divina van de la mano


Hago referencia a esa energía amable que surge de una paz interior en la que está sumergida la persona. Está buceando en esa energía y, de forma natural, aparece una amabilidad ¿casi? divina. Una respuesta que no tiene fronteras que limiten su expresión. Es una paz que asoma, pase lo que pase, a través de una sonrisa o gesto amable sin pretensión alguna. No se trata de ser educado ni complacencia, es algo más profundo que eso porque no depende de las creencias educacionales sino de un estado interior.

¿Quién no se ha encontrado alguna vez esa persona cuya actitud resulta tan agradable y se siente tan liviana, confiada, segura... ?

Son esas personas que, simplemente, están en paz con sigo mismos y con el mundo porque no cargan con los conflictos mentales y las consecuencias de procesos de pensamientos llenos de falsas creencias creando, a su vez, falsas identidades. Han encontrado su centro y se muestran en una profunda paz y amabilidad personal con la sonrisa equivalente que le acompaña. 

La ausencia de alteración interior se convierte en una actitud sana hacia el exterior y con los demás permitiendo que su luz se exprese desde un gesto sinceramente amable sin esperar nada a cambio, simplemente es y actúa con una sonrisa interior que se percibe claramente. Aunque no lo hayamos conseguido nosotros, podemos reconocerla.  

Podría definir esto como que, la amabilidad natural y profunda es un estado intrínseco del ser divino que somos, la esencia divina que tapamos con esas creencias, preocupaciones, obsesiones, miedos, juicios...

No es una risa, muchos menos carcajada. No es educación aprendida. No es querer quedar bien. No es compromiso o necesidad de agradar. Es, simplemente, natural y derivado de un estado consciente de ser esa divinidad actuando en consecuencia. 

Si quisiéramos imaginar a nuestro guía interior ayudándonos o compartiendo señales y mensajes, estoy segura de que no podríamos imaginar a un personaje, un ser o una entidad que nos regaña ¿a que no?. Imaginaríamos un ser maravilloso que no se enfada, que tiene un estado innato de amabilidad y una sonrisa llena de amor y compasión. Algo que tampoco se excede de su estado de alegría o que carece de euforia.

Ya no necesitas pelear, igual, ni defender, simplemente expones y trasmites, tal que, podrías transformar un colectivo con la simple presencia. Todo es simple y, a la vez, complejo. Complejo para la mente humana a la que le cuesta entenderlo y ese humano está aprendiendo pero, para el espíritu, simplemente es. 

Observa tu amabilidad y observa tu sonrisa. Gracias, te amo

(Añoranzas del ser humano)

Paz Morgam



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