La paz está dentro, a pesar de...

13.10.2023

LA PAZ ESTÁ DENTRO, A PESAR DE TANTOS INCONVENIENTES EXTERNOS


Esto de vivir en una ciudad no siempre es factible para conseguir según qué cosas. Si no te vas muy lejos puede costar un poco encontrar algún lugar realmente tranquilo y relativamente seguro, además de agradable como es el hecho de estar rodeado de naturaleza porque, aunque te vayas a un parque en según qué etapas, la ciudad se llena de actividades que aumentan la diversión, distracción y entretenimiento para poder pasarlo bien pero con la consecuencia de que haya algo más de jaleo (o ruido) de lo habitual.

Entonces, si no quieres pasarlo mal y hasta sentir algo de enfado, no te queda más remedio que rendirte y ver si puedes conectar con el silencio de fondo tras todos esos sonidos y movimientos de gente pasando para acá y para allá.

Así es cuando te das cuenta de que es verdad lo de que la paz está dentro y no fuera. Así entiendes que, realmente, tu paz no depende tanto de lo que sucede fuera sino de lo que llevas dentro porque tiene que ver con tus pensamientos y preocupaciones.

Cuando miras los árboles y ves el cielo en el fondo conectas con esa calma que está ahí siempre, a pesar de todo el contexto en movimiento a tu alrededor y la cantidad de sonidos diferentes que hay. Comprendes cómo lo que te afecta tiene más que ver contigo que con lo externo, aunque lo segundo sea una gran influencia.

Es frecuente en mí el tener este tipo de observaciones cuando estoy descansando en mi habitación a ciertas horas de la noche (algunas ya durmiendo) y empiezas a escuchar voces de personas que discuten e, incluso, se tratan con agresividad. Me planteo lo que me hace sentir, es un malestar. Alguna vez por la preocupación de qué está pasando ahí, pero observé con el tiempo ciertos pensamientos de si estoy teniendo mala suerte por estar escuchando eso, es como si algo en mi mente me hiciera creer que algo malo debe estar pasando dentro de mi cuando a mi alrededor escucho y veo esas cosas.

Entonces vuelvo a poner en presente mis memorias. Las guerras que han vivido nuestros ancestros. Los abusos, asesinatos, conflictos de nuestros familiares y de todo tipo. Ninguna familia está libre de eso pero, estoy segura de que muy pocas personas se han llegado a cuestionar el que algo malo debe suceder dentro de sí mismas por estar experimentando eso y ¿saben por qué? (a parte de haber creído eso por educación y percepción errada) por el tema de la ley de atracción y lo que suelen decir de "atraes lo que eres" y eres responsable de tu realidad (viéndolo como culpable), lo cual hoy entiendo pero discrepo un poco en la forma de abordar este tema ya que no somos lo que pensamos ni nuestras memorias, somos mucho más que eso y una cosa es lo que atraes por tu inconsciente y otra quien realmente eres (este era mi consuelo).

Por todo esto, una posibilidad es esa pregunta que sacas observando tu mente ¿Qué tan mal estoy pensando por dentro - pensamientos inconscientes - que se me manifiesta esto en mi realidad? En mi caso, son aquellos conflictos de los que he huido y los juicios que he podido hacer (esas formas no son correctas o eso está muy mal, por ejemplo) lo que estoy proyectando en esos momentos a nivel colectivo, no en mi ambiente interno y mi hogar sino en la parte más cercana a mi, socialmente hablando, lo que podría entenderse como la comunidad que me rodea.

No me gustaba nada y lo llevaba mal hasta que he ido desidentificándome de esas percepciones. He ido comprendiendo, por fin, que no hay nada malo en mí, tan sólo son memorias colectivas proyectándose en mi realidad y yo decido qué hacer con ellas. Elijo no darles fuerza ni validarlas de ningún modo pero me observo más compasiva y menos juiciosa. Es lo que es, personas atacándose verbal y, a veces, físicamente. Personas atrapadas en esas memorias que, a lo grande, serían las guerras y este mundo siempre tiene guerras. Muchos siguen siendo marionetas de ese tipo de energías de las que parece que no consiguen librarse nunca.

Creo que naturalizar ciertos comportamientos impide que avancemos y cambiemos o, como mínimo, plantearnos si es normal ciertas actitudes o si son una forma sana de vivir y relacionarse, y según qué momentos.

Recuerdo hace muchos años la primera vez que escuché a mi alrededor expresiones como "yo te mato o te voy a matar". No daba crédito de lo que entraba por mis oídos y me generaba muchísima incomodidad y hasta rabia con "ese tipo" de personas. Coraje por estar escuchando ese tipo de cosas y eso era lo que tenía que observar, no estaba en paz con eso y tenía que verlo. Ahora sigue sin agradarme y no lo comparto en absoluto pero ya no me siento mal conmigo misma por escuchar (alguna vez) cosas así y poder estar sin observar esos pensamientos que parecen decirme "hay algo malo en ti y por eso vives eso". Ahora, en cambio, rezo a mi manera. Utilizo oraciones como las de Ho'oponopono para ir liberando memorias y percepciones. Soltar juicios y miedos.

Cuando se ve así ¿se entiende que lo único que uno puede hacer es dar las gracias?

Gracias por mostrarme lo que tengo que sanar. Gracias por ser el reflejo de mis juicios, miedos o conflictos que no he conseguido resolver, ni siquiera verlos. Gracias por ayudarme a ver.

Y, así se consigue la paz.

Y, cuando estás en paz, tú cambias.

Y, cuando tú cambias, normalmente, las cosas también lo hacen pero, si no es así, al menos ya no te afectan, de eso se trata principalmente.

Como se dice en Ho'oponopono (y aunque no siempre estoy en paz), hoy te doy mi paz, no la paz del mundo, pues, esa no puedo dártela, sólo mi paz.

Lo siento, perdóname, gracias, te amo.

Paz Morgam

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