SOFÍA ENCONTRÓ SU FORMA Y SU LUGAR
En un vecindario no muy tranquilo nació Sofía, envuelta en el tumulto de las discusiones frecuentes a su alrededor y un ambiente tenso, los hay realmente estresantes.
Desde su más tierna infancia, el sonido de las disputas, las voces a través de las ventanas que se oían como ecos y de alguna manera inconsciente se preguntaba ¿cómo podían vivir así?, ¿qué forma de vivir era esa?. Todo ese ruido y la suma de conflictos llenaba el aire del lugar en el que crecía, tal que, la incansable lista de infortunios le fue dejando en su corazón una sensación de desasosiego.
Nunca se sintió completamente comprendida ni deseada en una suma de ambientes tensos y que no entendía porque no tenía la consciencia suficiente para ello hasta que llega el momento en que se le hace evidente. Cuando hay cosas que solucionar que interfieren en la prosperidad de las personas, su desarrollo natural y sano, los adultos necesitan estar ocupados en lo más importante como lo es el hecho de tener que sobrevivir. En ocasiones con esfuerzos y trabajos duros con horas que parecen no terminar nunca... Todo lo imaginable que puede endurecer a las personas...
**Pero, esa supervivencia no siempre es del todo cierta sino que está ingeniada por memorias y reacciones de quienes las llevan encima, es decir, cargan con memorias (recuerdos conscientes o inconscientes) de escasez, preocupación, angustia, frustración… y eso no da lugar a confiar entregándose y cuestionándose otro tipo cosas, pensamientos diferentes, actitudes en el día a día descargados de emociones, con tranquilidad y fe. Las programaciones creadas por emociones dolorosas y sufrimientos impiden tener fe o cambiar el paradigma mental.**
A medida que crecía, Sofía buscaba refugio en los libros y en su propia imaginación. En las páginas de las historias encontraba consuelo y, quizás, la promesa de que podría existir un mundo mejor en el que los sueños sí importaran y la esperanza fuera algo normal. Sin embargo, ella seguía sintiendo el peso de la realidad sobre sus hombros recordándole constantemente que su lugar en el mundo aún estaba por descubrir.
Pero, con el tiempo, se convirtió en una joven determinada a encontrar su propio camino gracias a esa búsqueda de cobijo en su mente y en los textos que leía. A pesar de las dificultades y las voces internas (grabadas en su memoria por lo que escuchaba) que intentaban disuadirla, se aferró a la creencia (con dosis de amor propio y fe en positivo) de que merecía más que el ambiente discordante que le envolvía. Sofía se cuestionó lo que veía, escuchaba y sentía. Por su actitud de compasión hacia sí misma, se embarcó con valentía en un viaje de autodescubrimiento, buscando encontrar su lugar en un mundo que parecía estar en constante conflicto.
A través de los desafíos y las adversidades, aprendió a valorarse a sí misma y a confiar en su capacidad para crear su propio destino, al menos, en todo lo que tenía que ver con lo que ella pensara de sí misma y de lo que le rodeaba. Con cada paso que daba, se acercaba un poco más a encontrar la paz interior que tanto anhelaba y, aunque el camino hacia la realización personal no fue fácil, cada obstáculo que iba superando le servía para fortalecer su determinación de alcanzar esos sueños que no permitió que nadie le robara, esas cosas que ella imaginaba y que, en tiempos atrás, la salvaban.
Al final, Sofía se convirtió en una mujer considerablemente fuerte (lo que te da el autoconocimiento) y resiliente, lista para enfrentar cada nuevo desafío que la vida le presentara comprendiendo que, por supuesto, iba a ser así. La imaginación y las lecturas que tomó como salvavidas funcionaron porque no se quedó en la ensoñación. Aunque su pasado estuviera marcado por la adversidad, había encontrado la fuerza suficiente para transformar su dolor en fuerza y resistencia. En ese proceso, descubrió que su verdadero lugar en el mundo era "donde ella decidiera estar".
…
Para aquellos que se identifican con la historia de Sofía, recuerden que cada uno de nosotros tiene el poder de transformar su vida y, que lo consigan o no, es otra cuestión. No importa cuán oscuro e incluso triste parezca el camino o cuántos obstáculos se interpongan bloqueando relaciones. Situaciones que se repiten una y otra vez, limitando, agobiando… pero, siempre hay esperanza cuando se aprende a entenderla como salvavidas y, sobre todo, conservarla.
Tú también puedes encontrar tu propia fuerza interior y ver la forma de empezar a escuchar tus anhelos para poder caminar hacia ellos. Mira dentro de ti, encuentra tu verdad descifrando tu sombra (memorias del inconsciente) y deja que lo que sea que tenga que salir, salga. Que lo que sea que tenga que brillar, brille.
El mundo está dejando espacio para que puedas compartirte con tu única y extraordinaria experiencia.
Y, ahora toca preguntarse…
1. ¿Qué aspectos de la historia de Sofía resonaron contigo?
2. ¿Te has sentido alguna vez fuera de lugar o no deseado en tu entorno?
3. ¿Qué trucos o estrategias utilizas para enfrentar situaciones difíciles en tu vida?
4. ¿Qué crees que significa encontrar tu verdadero lugar en el mundo?
5. ¿Cómo puedes aplicar las lecciones que aprendió y superó Sofía a tu propia vida?
6. ¿Qué pasos podrías tomar para comenzar tu propio camino de autoconocimiento y descubrir tus sueños que se ven influenciados por la forma en que te percibes a ti mismo?
7. ¿Qué crees que podría servirte de ayuda en este proceso?
8. ¿Qué aspectos de tu vida te gustaría cambiar o mejorar?
9. ¿Qué significado tiene para ti la idea de convertir el dolor en fortaleza o en algo que te da fuerza en lugar de quitártela?
10. ¿Cuál es tu visión de un futuro en el que te sientas plenamente realizado y en paz contigo mismo?